jueves, 17 de febrero de 2011

Sin Piedad ataqué a una MUJER…


Simplemente  nos encontramos, apareció en el almacén mientras  hacía mis compras, estaba distraída cuando sentí el aroma delicioso a dulce perfumado con  maderas, volteé sin poder evitarlo, dije esta mujer es para mí,  esta puta es para mí , tiene cara que nunca la han follado.
Me acerco a esta mujer desconocida, simplemente me planto frente a ella, le beso la mejilla y le digo ¿Cómo has estado? Ella me mira sin saber que hacer le guiño el ojo y tomo su carrito de compras seguimos en los pasillos y comienzo a charlar con ella de tal manera que la tengo hipnotizada, no sé como lo hice no sé si fueron nuestros aromas de mujeres bestiales que nos atrajeron al mismo son, pero después de recular un poco y de las lógicas indecisiones de una mujer que es acorralada de tal manera, cede… y cede y cede  y no puedo dejar de pensar cuando le invite un té a mi casa.
Y así después de un rato de dar vueltas en el auto, de un estira y afloja de un sí y un no, tal vez o quizás mejor otro día…
La llevo a tomar el té pero a mi mazmorra, en realidad no hay té ninguno ahí solo un sótano frío lleno de  todos los artilugios que me he puesto a coleccionar desde  que tengo idea que existe el BDSM. Látigos, fustas, pinzas, cadenas, muebles de tortura, etc., todo encerrado en una fría especie de bóveda donde cerrando la puerta los vecinos no se enteran de nada.
La llevo ahí con la excusa de mostrarle unos juguetes muy morbosos, su mirada de pánico me derrite, la ausencia de su voz me moja y me hace arrancarle la blusa y sujetador para darme cuenta de sus preciosos senos están llenos de deseo por ser sometidos, ultrajados, arañados y lacerados , la miro y me dice que no que esto no es normal , que por favor no la mate… río y la tumbo en una silla y comienzo directamente a beber de su clítoris abriendo sus labios mientras la ato y la dejo indefensa , la masturbo y la excito de tal manera que cuando me acerco a su cara le digo , “déjame mostrarte mi mundo, al principio duele como la virginidad  pero después lo gozarás” , lamo sus lágrimas  que me tienen derretida y paso por sus oídos y le pregunto con la mirada  tirando de su cabello , cuando ella mueve su cabeza temblando diciéndome que sí.
La amarro, la sujeto y comienzo a darle fustazos en las piernas en los brazos y justo al llegar a su cara le como la boca y se la bebo toda  quitándole la respiración.
Mientras sigue amarrada beso cada una de las heridas que dejo la fusta y vuelvo a comerle el coño ¡qué más da me encanta su sabor!… y así seguimos todo el tiempo hasta que sus gemidos se hacen más débiles que es cuando la suelto y la llevo a mi habitación, la recuesto en mi cama y le beso en la frente… y  le dejo el té que le prometí.